Autor de la imagen Damian Granado Bejarano
Entre otros muchos motivos, la villa de Rota es apreciada por su entorno medioambiental. Uno de los lugares con más riqueza son los antiguos corrales de pesca, en el entorno del Hotel Playa de la Luz. Allí se dan cita diversos ecosistemas especialmente valiosos de fauna y flora autóctonos. ¿Nos acompañas a recorrerlos?
Los corrales de Rota son antiquísimas construcciones artesanales de pesca que se siguen usando. Se trata de ocho recintos artificiales, cercados por una especie de muros de baja altura, construidos a base de piedras porosas del mar, llamadas piedra ostionera, perfectamente encajadas unas con otras, sobre las que crecen las algas marinas y un conglomerado de moluscos, valvas de ostras, ostiones, y otras especies, uniendo las piedras entre sí.
Cuando sube la marea, los recintos son inundados de agua y peces; cuando la marea baja, el agua escapa entre las piedras, quedando los peces acorralados en su interior, de ahí su nombre. Actualmente hay ocho corrales en la costa de Rota: San Clemente, En medio o San José, Chico, Chiquillo o Chiquito, Encima, Hondo, Punta Candor y La Corraleta.
El origen de este arte de pesca tradicional se remonta al paso de los fenicios por la zona. Está incluido en la lista de Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) de la Red Ecológica Europea Natura 2000, y también es Monumento Natural de Andalucía desde el año 2001 y es el primer espacio natural protegido de Andalucía en ser reconocido con la Q de Calidad por el Instituto para la Calidad Turística de España (ICTE).
Aves en los corrales
El biólogo Damián Granado, según sus censos de aves, apunta a que la gran disponibilidad de alimento que proporciona la zona intermareal y las áreas de descanso al descubrirse el corral y su ubicación, hacen que más de 100 especies de aves ocupen el entorno natural de los corrales de Rota durante el paso migratorio y la invernada. De estas, tan sólo el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) se reproduce en todo el área que rodea el monumento natural.
Según la investigación de Granado Bejarano, el invierno es la época del año en las que más especies se concentran en este entorno costero, como parada en su trayecto migratorio. El grupo de aves más abundante son las limícolas. Entre ellas, los correlimos, chorlitejos, chorlitos, agujas o zarapitos. Muchos de ellos se reproducen en áreas del océano Ártico e invernan en nuestras costas; es de lo más frecuente observarlos en grupos alimentándose por la orilla en las cercanías del Hotel Playa de la Luz.
Otro tipo de aves que frecuenta los corrales de Rota son los láridos como gaviotas y charranes. Algunos de estos son especies protegidas, como la gaviota de Audouin o la gaviota picofina, el fumarel común, el charrancito común o el charrán patinegro; este último, es el integrante más habitual y contamos en el monumento natural con una colonia invernante de aproximadamente 50 individuos.
La práctica habitual de las aves en la costa de Rota consiste en encontrar zonas de obtención de alimento (pequeños invertebrados marinos, insectos, peces, crustáceos, etc), descanso, además de relacionarse con otros individuos de su misma especie, incluso de llegar a reproducirse en zonas secas separadas de la actividad humana.
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Los pinares de Rota
La biodiversidad avícola de los corrales de Rota cuenta además con otro punto esencial con encanto y valor ambiental: los pinares a pie de playa en frente de los corrales y junto al Hotel Playa de la Luz. Es una delicia pasear o ir en bicicleta por los senderos peatonales y disfrutar de toda la vida que se respira en el entorno. Aprovecha también las zonas de sombra que ofrecen las copas de los pinos para pararte, descansar, desconectar de las preocupaciones y empaparte de la naturaleza y el paisaje que rodea este enclave.